DESPEDIDA A UN GRAN AMOR
No sé como expresar este sentimiento, sin querer me enamoré de ti. No me di cuenta, no lo supe ver, ni he sido capaz de valorarte. Te perdí sin saberlo, ya era tarde. Aunque no toda la culpa es mía. Quizás un enfado, una palabra mas alta que otra, hubiera servido para que me diera cuenta.
Lo que estaba viviendo me parecía un sueño, era demasiado bueno para ser real. Dudé de ti, de tus sentimientos, pero ya ves, el tiempo pone a cada uno en su lugar.
Quizás nuestro destino no era estar juntos, pero si amarnos desde el silencio. Mi corazón te abrazará cada vez que te vea, en mis sueños siempre habrá un lugar para ti. Lo que fue y pudo haber sido. Nunca lo sabremos.
Lo bonito de nuestra historia es que nos quedan los momentos mas dulces. Por miedo, respeto, amor.. solo tuvimos palabras de cariño. Nada te puedo reprochar, solo quererte hasta la eternidad. Un trocito de mi corazón siempre será tuyo.

Tres principes guerreros y una princesa tienen una emocionante aventura en la lejana India。
ResponderEliminarLos tres príncipes Gupta y sus acompañantes montaban sus elefantes blancos。 Los animales se deslizaban por una espaciosa avenida saturada de muros de piedra labrada que ostentaban los signos del reino。 Los hermanos pasaban por debajo de altos balcones y sobre los pétalos de exótica fragancia que eran arrojados por los ciudadanos。 Ante ellos、 iban elevándose los imponentes muros y las grandes cúpulas que derramaban sus sombras sobre el camino que conducía hacia el palacio del emperador Otali。 Finalmente、 cruzaron por debajo de un gran arco de color blanco realzado con un reborde de borlas de mármol、 que llevaba hacia los jardines de recreo del monarca。
Nirek el primer hijo de Otali、 iba orgulloso por delante; Ojayit、 el segundo hijo、 lo seguía de cerca、 atento a empuñar su filosa arma contra cualquier enemigo、 y、 asimismo、 Nayakan、 su hermano menor y otro virtuoso con las armas、 iba detrás de ellos。 Los seguían por detrás filas de guardias armados con lanzas de variados estilos。 Al final、 avanzaba un largo séquito de sacerdotes、 esos viejos que se dedicaban al estudio de las leyes divinas、 y que la pasaban encorvados sobre antiguos pergaminos。 Todos recibían saludos alegres del pueblo。
El nacimiento del príncipe Nirek ocurrió en una tranquila noche、 mientras la plateada Luna daba su sereno rostro y se desplazaba a través de las estrellas。 Otali estaba impaciente、 pero sabía que la paciencia es como un árbol de raíz insípida que produce dulces frutos。
Unos días después ocurrió la ceremonia para darle un nombre al bebé; se le bendijo y los sacerdotes le desearon una larga vida llena de riqueza y sabiduría。 Después、 el niño fue colocado sobre el regazo de su padre y recibió su bendición。 El sacerdote principal ofreció su plegaria a los dioses y a los espíritus de los antepasados del clan、 para poder obtener sus bendiciones。 Los clarividentes predijeron que algún día、 este pequeño realizaría memorables acciones、 y sería él uno de los prodigios de su creador。 Nirek sería grande en pensamientos y en hechos; el hijo de Otali tendría un alto sentido de la justicia、 su razón sería elevada、 sus acciones rectas y firmes、 y sería por derecho、 el emperador de Panyab。
Ojayit era el segundo hijo de Otali y era dos años menor que Nirek。 Desde pequeño se notaron en él cualidades atléticas。 Al ver las habilidades de Ojayit、 su padre le obsequió una espada de esplendor sin igual。 Era un regalo de los dioses、 y al recibirlo、 Ojayit sintió un llamado interior a convertirse en gran maestro。 La espada、 adornada con el rostro de un dios de oro en el centro del pomo、 descansaba sobre un fondo de esmalte negro、 con los símbolos del imperio finamente tallados en el mango。 Al empuñarla、 el joven Ojayit sentía cómo la hoja cortaba el aire、 llenándolo de una profunda admiración。
Nayakan、 el tercer hijo de Otali、 compartía con Ojayit una virtuosidad innata en el arte del combate。 Este amable príncipe、 de amplia frente y ojos oscuro、 tenía un gran afecto por sus familiares、 y visitaba a su abuelo con frecuencia。
Paramjit、 padre de Otali、 se destacaba por su rectitud、 honorabilidad y habilidad para resolver problemas con la ayuda de sus hijos y consejeros。 Este anciano fue uno de los emperadores Gupta más queridos por su pueblo。 Un día、 consideró que era necesario que oficiales de prestigio impartieran la instrucción necesaria a sus nietos。 Así、 se embarcó en la búsqueda de los mejores instructores del reino para llevar a cabo esta tarea。